Hoy hablaremos de los celos, ese sentimiento que puede transformar la vida de una pareja en una verdadera pesadilla para los dos. No se ha escrito ni investigado mucho acerca de los celos, a pesar de que son parte de la vida cotidiana de muchas personas. Estar pendiente de si la pareja echa una miradita de reojo a la cajera de la tienda, registrar los mensajes del móvil por si se está viendo con otr@, alterarse cada vez que el marido o mujer tiene que llegar un poco más tarde de lo habitual o si tiene nuev@s compañer@s de trabajo, revisar la ropa interior del novio o novia en busca de «pruebas»…
Son algunas de las manifestaciones de este problema.A veces sí que existen razones reales para sentirse amenzado o apartado. Pero hoy nos ocuparemos de los celos no justificados, aquellos celos en los que incluso la propia persona reconoce que confía plenamente en la fidelidad de su pareja, o se da cuenta de que ese sentimiento supera la línea de lo razonable.
¿Cómo distinguir lo que sería un motivo justificado para tener celos de motivos no justificados o no razonables? Para respondernos a esta pregunta, tenemos que pensar si existe alguna cosa que haga razonable el sentirse insegur@ (digo insegur@ y no necesariamente celos@) con la pareja. Que alguien tenga motivos razonables para sentirse insegur@ con la pareja no significa que esa pareja esté siendo infiel o que lo vaya a ser.
¿Cuáles serían motivos justificados o razonables para esa inseguridad? Por ejemplo, que la pareja no quiera tener tiempo a solas, intimidad o sexualidad con su partner, que diga explícitamente sentirse atraíd@ por otras personas o querer coquetear con otras personas, que haya muy poca comunicación (o muy mala), que la pareja haya sido infiel en el pasado y actualmente mantenga con mucho secretismo sus áreas privadas o su teléfono, que esté teniendo alguna actitud poco confiable como dar explicaciones que se contradicen, ocultar información, consumir drogas (o adicciones). Las adicciones, por cierto, son un motivo en sí mismo de desconfianza.
Tomemos esto con CUIDADO: hay parejas que podrían vivir con total tranquilidad algunos de estos ejemplos que pongo pero, de no ser así, podrían considerarse motivos razonables para encontrarse INSEGUR@. Además, los casos del párrafo anterior vienen a ser situaciones que menoscaban la confianza en el otro o la seguridad personal que uno siente respecto de su pareja, pero en absoluto tienen por qué ser señales inequívocas de infidelidad.
Si no se dan estas situaciones pero aún así una persona experimenta celos, estamos ante un problema emocional de bastante relevancia, puesto que la línea entre la fantasía y la realidad queda medio borrosa.
Llegados a este punto, debemos enfatizar que la persona celosa vive un verdadero infierno. Se trata de un dolor agudo que puede ocupar una gran parte del espacio mental del sujeto en cuestión y llegar a obsesionar. Pero lo más dramático es que, sin ninguna intención consciente por parte del/la celos@, su necesidad de control va a ir provocando en su compañer@ sentimientos muy desagradables de invasión, aprisionamiento, falta de espacio y oxígeno, falta de confianza, miedo, angustia, rabia y resentimiento…etc. Es decir, va a teñir el vínculo de todos estos colores e irá produciendo un inevitable distanciamiento entre ambos. En Psicología se suele llamar a esto «profecía auto-cumplida», porque al imaginarnos algo malo, adoptamos unos comportamientos que hacen que el otro se aleje o se sienta mal con nosotros, así que termina por hacerse realidad lo que uno temía inicialmente.
Es muy difícil para la persona en cuestión gestionar la situación, salir de ese bucle y empezar a depurar estos aspectos tóxicos de su relación de pareja.
Muchas veces los celos están relacionados con una autoestima baja, otras veces con una vivencia temprana de abandono que uno inconscientemente teme que se repita. En otras ocasiones una persona puede estar muy acostumbrada al control como forma de vivir su vida, así que, cuando inicia una relación, no tolera el nivel de incertidumbre que conlleva compartir la vida con otro, por lo que tratará de controlar los movimientos, pensamientos o sentimientos del compañero o compañera.
Sin duda, cada caso es único y es necesario desentrañar el significado que tiene este particular síntoma en la historia de la persona. Está claro que alguien celos@ puede ser muy buena persona y llegar a ser un/a compañer@ excepcional, pero debe resolver ese mecanismo tóxico y aprender nuevas maneras de gestionar situaciones o sentimientos que hasta entonces le venían desbordando.
Aunque ya sabemos que no hay recetas mágicas y que los síntomas psíquicos se eliminan con una Psicoterapia adecuada, daré aquí dos tips para personas celosas que no tienen motivos objetivos y que quieren trabajarse su problema:
- Cada vez que experimentes el más mínimo sentimiento de celos respecto a tu pareja, trata de hacer el siguiente ejercicio interno: piensa qué sentimiento estás teniendo y con qué cosas de tu historia personal y de tu autoestima tiene que ver. Incluso puedes llevar una pequeña libreta encima y registrarlo cada vez que ocurra. Esto no sólo sirve para calmarse y evitar acusar al otro, sino que también es enormemente beneficioso, ya que amplía tu conciencia emocional respecto a tus sentimientos de celos. Es como un entrenamiento, es decir, aumentará el número de veces que serás consciente de estos sentimientos, aunque tengan una intensidad baja, y esto será importante para aplicar el segundo tip.
- Adopta una actitud cooperativa con tu pareja, conviértel@ en un/a alid@. Trata de compartir con tu partner el problema, explícale cuando te surja este sentimiento, cuéntale cómo has sido capaz de detectar la emoción, si es poco intensa o mucho, si necesitarías algo de él/ella para calmarte un poco, pregúntale lo que necesites con cariño. Y sobre todo, hazlo antes de que la emoción llegue a desbordarte, pues en ese punto ya saldrá con rabia, angustia o acusaciones, lo que puede ir desgastando la relación. Por eso es tan importante el registro emocional del primer tip, para que te des cuenta mucho más rápido de cuándo empieza el ciclo del pensamiento. Si haces este esfuerzo evitarás el alejamiento entre tú y tu pareja.
Por último, algunas personas que llegan a mi consulta por celos vienen para evitar que su pareja les deje. Pero tengo que enfatizar que el primer beneficiario de la «cura» será la propia persona que sufre los celos, ya que estos son el indicio de que tiene un problema emocional que seguramente esté afectando a su vida y seguirá haciéndolo, así como con futuras parejas. Por lo tanto, merece la pena pensarlo como una transformación que uno hace, en primer lugar, por amor propio y, en segundo lugar, por amor a los demás.